Actualidad del Observatorio Español de la Economía Social

07/11/2013

Los profesores Chaves, Monzón, Pérez de Uralde y Radrigán publican en REVESCO un artículo sobre cuantificación, reconocimiento institucional y visibilidad de la economía social en Europa, Iberoamérica y Norte de África

Entre los artículos publicados en el número 112 de ‘REVESCO, Revista de Estudios Cooperativos’, figura uno de los profesores Rafael Chaves, José Luis Monzón, José Mª Pérez de Uralde y Mario Radrigán, titulado ‘La economía social en clave internacional. Cuantificación, reconocimiento institucional y visibilidad social en Europa, Iberoamérica y Norte de África’.

Según los autores, la economía social constituye una importante realidad social y económica, no siempre conocida ni reconocida, cuya actividad cotidiana silenciosa está mejorando las condiciones de vida y solucionando los problemas sustantivos de millones de personas en el mundo, así como creando riqueza solidariamente.

Desde hace años la economía social está siendo objeto de atención por parte de la comunidad científica internacional, de la sociedad civil e incluso está emergiendo en la agenda política de numerosos gobiernos nacionales, así como en instituciones internacionales tales como Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos, la Comisión Europea, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Sin embargo, la plena incorporación de esta realidad social al imaginario social del mundo político, académico y de la sociedad civil organizada, como precondición para que adquiera el rol sociopolítico que le corresponde, pasa, a juicio de los autores, por dar respuesta a tres grandes retos: el de la conceptualización y representación intelectual de esta realidad social; el reto de su visibilidad ciudadana y de su reconocimiento institucional, y el reto de cartografiar cuantitativa y cualitativamente la economía social, tanto al objeto de valorar sus dimensiones macroeconómicas, como de identificar experiencias paradigmáticas o de medir su impacto social y económico.

Un concepto de economía social consolidado en numerosos países

El artículo analiza en qué medida la economía social se encuentra respondiendo a estos tres retos. Según sus conclusiones, el concepto de economía social se haya consolidado institucionalmente en forma de reconocimiento jurídico específico con leyes de economía social aprobadas o en proyecto, gracias a una larga trayectoria de actividad en pro de su conocimiento, visibilidad y fomento realizada tanto desde el ámbito académico como desde el propio movimiento de la economía social.

No obstante, tanto la aceptación social del concepto de economía social y de sus conceptos afines (sector no lucrativo, tercer sector y empresas sociales), como su reconocimiento jurídico y su cuantificación con estadísticas fiables presentan fuertes disparidades según los países de los tres continentes analizados, Europa, Iberoamérica y norte de África.

En perspectiva comparada, un grupo de países sobresalen por su mayor grado relativo de reconocimiento social, político y académico del concepto de economía social. Son España, Portugal, Francia, Bélgica, Irlanda, Grecia, Colombia, Argentina, Honduras, Marruecos y Túnez. Varios de estos países cuentan ya con leyes específicas de economía social o con proyecto de ley. Y presentan generalmente tasas de penetración societaria o de empleo en la economía social sobre el total del empleo nacional muy superiores, de media, al resto de países analizados.

En contraste, existe un gran número de países donde el concepto de economía social y sus concepciones afines aún son desconocidos o poco conocidos. En consecuencia con lo anterior, su grado de reconocimiento institucional y jurídico es escaso o nulo y generalmente presentan menores tasas de penetración societaria o de empleo en el país.

Este grupo de países lo conforman, en Europa, buena parte de los nuevos países miembros de la Unión, en Iberoamérica la mayor parte de los países, exceptuados México, Ecuador, Colombia, Honduras y Argentina, y, finalmente, en el norte de África Argelia y Egipto.

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